Sobre Juan Nadie

¡¡¡Saludos cordiales, intrépido y aguerrido lector (o lectora intrépida y aguerrida)!!!

Tanto si has llegado aquí azuzado por la curiosidad, como arrastrado por la inconsciencia del azar, sé bienvenido o bienvenida.

Si la curiosidad aún no te ha abandonado, o si acaba de darte un picotazo, y decides seguir leyendo, adelante. Siéntete en tu casa. Ponte cómodo y deambula con total libertad por las siguientes líneas. Te contaré algunas cosas sobre mí y sobre la razón de ser de este blog y sobre lo que aquí podrás encontrar.

Tomará un tiempo, así que ten paciencia. De nuevo, ponte cómodo. Pero no te apures. No tienes necesidad de leerlo todo de un tirón. Puedes hacerlo por capítulos, por párrafos, o una línea cada semestre. Tú decides. De todas formas, colocaré alguna foto que otra para que la lectura te resulte más plácida y entretenida, y la mirada no se canse demasiado al pasar sobre las letras.


Lo primero sería empezar por una declaración de intenciones. Es decir, de qué va esta página y que es lo que te puede proporcionar a ti. Qué te aporta y qué puedes sacar de ella.
O lo que es lo mismo, habría que contestar a la pregunta:


¿Esto de qué va?
Pues esto va de escribir. Escribir relatos, novelas y alguna elucubración que otra sobre cosas varias, aunque por lo general relacionadas con la literatura y el maravilloso y tremebundo acto de juntar las palabras.
  
¿Que por qué escribo?

Por mucha razones. Una de las principales es que soy lector. Sin leer no se puede escribir. Es ley de vida. He leído desde que tengo uso de razón. O al menos desde que me acuerdo. Claro que eso quizás no sea demasiado tiempo, dado que las estanterías de mi memoria están cada vez más torcidas y apolilladas.

Sea como fuese, un buen día, en vez de engullir palabras, empecé a vomitarlas. Y la cosa continuó y continuó, cual disentería imposible de contener, y las palabras se unieron unas a otras, y formaron ideas, y las ideas parieron situaciones y personajes, y los personajes danzaron unos con otros y acabaron por conformar relatos. Incluso, para sorpresa de propios y extraños, mayormente yo mismo, acabé dando a luz alguna novela que otra.

Todas esas novelas y todos esos relatos puedes encontrarlos aquí, en este blog de Relatosde Juan Nadie.

Encontrarás la mayoría de mis obras en la columna de la izquierda de esta página, según se sale de tu nariz, con foto de portada y link.

Todo esto nos lleva a la siguiente pregunta:

¿Por qué creé este blog?
Pues porque el aburrimiento, la frustración, y el cansino silencio del cosmos pueden ser elementos motivadores muy poderosos.

Desde que empecé a escribir, allá por la primera década de este siglo, mandé mis relatos y mis novelas a más de 80 concursos literarios a lo largo de los años y ninguno gané. Ni siquiera la medalla de bronce o el premio de consolación llegué a alcanzar. Aunque, todo sea dicho, en cuatro de ellos me quedé finalista.

Así que, cansado de no comerme un colín en el mundo de la literatura de aficionados, y cansados mis amigos (no muchos, por fortuna para todos) y familiares de que les diese la murga con mis relatos y de ser mis únicos lectores, decidí sacar al mundo esas cosas raras que de vez en cuando me da por escribir.

¿Cómo hacerlo? Pues es obvio, ¿no? Tal y como te dice cualquier guía cutre para aprendices de escritor, en este mundo colmado de tecnologías de la comunicación, internet, la fastuosa red de redes, te abre la puerta maravillosa al edén virtual pleno de arroyos de leche y miel, donde hasta el más tonto de nosotros puede hacer oír su voz. Aunque no hay garantías de que nadie te escuche, desde luego.

¿Entonces este blog es...?

Pues sí, tienes toda la razón. Este no es más que otro blog de otro aprendiz de juntaletras. Aquí dejaré noticias, enlaces, comentarios y otras cosas inútiles sobre los relatos y novelas que decida liberar en la red. A ver si así consigo, por carambola cósmica, serendipia o casualidad, que alguien lea esas extrañezas que de tanto en tanto me pongo a escribir.

Si por mera contingencia eres uno de esos azarosos y aventurados lectores, siéntete libre y con permiso para comentar que te parece lo que me has leído. Te recompensaré las críticas positivas con mi eterno agradecimiento (aunque exento de actos y óbolos), y las críticas negativas con mi furia impenitente y mi resquemor infiel.

Imagino que ya la cosa te va quedando algo más clara. Pero aún te preguntarás:

¿Quién demonios es Juan Nadie?

Pues para contestar a esa pregunta, nada mejor que darle un repaso (somero, eso sí) a la biografía de Juan Nadie.

En un lugar al sur de la Mancha, de cuyo nombre puede acordarse, nació Juan Nadie por pura y exclusiva intervención humana, que no divina. Además, como hombre metódico y ordenado que es (según él mismo, aunque pocos parecen estar de acuerdo) asomó por primera vez a este mundo justo el día de su cumpleaños, facilitándole así el recordatorio de futuros aniversarios a familiares y amigos.

Tras una infancia tan anodina y una adolescencia tan onanista como la de cualquier otro, sus desvaríos mentales y aspiraciones fangosas llevaron a Juan Nadie a obtener un flamante título de grado superior, dotado de cartoncito de colorines, en el que unos señores que él nunca conoció certificaban su condición de aprendiz de brujo.

Lanzose entonces a la conquista del orbe. Dotado con su primoroso título, y con una inagotable ingenuidad, vivió y sobrevivió en diversos lugares, aunque siempre en el mismo planeta. Trabajó con ahínco y tesón en diversos aspectos públicos y privados de la investigación biomédica.

Pero hete aquí que llegó la crisis y la cosa de la ciencia pasó al limbo de las promesas incumplidas por esa extraña especie de subhumanos que toman decisiones y dicen que nos gobiernan. Tras acumular cicatrices en batallas diversas, los afanes sin mente del azar, la causalidad, la contingencia, la fatalidad y la serendipia, únicos dioses verdaderos, hicieron que Juan Nadie diese con sus maltrechos huesos en el borde del fin del mundo, allá por las tierras del noroeste. Allí reside desde entonces, arropado y arrumado bajo las alas de su musa favorita.

Ya en su desvalida infancia, Juan Nadie mostró un insidioso regusto por la lectura de la letra impresa. No fue consciente hasta muchos lustros más tarde, pero quizá fue ya en tan temprana edad cuando el gusanillo de la escritura clavó sus colmillos en la tierna carne del infante. De alguna manera, un buen día, en vez de engullir palabras, empezó a regurgitarlas. Y a eso lo llamó escribir.

Lo que los hados del futuro le deparan a Juan Nadie, ni él mismo lo sabe. Pues ni colocándose en el papel de narrador omnisciente es capaz de rasgar el velo que cubre los eventos por venir. Pero la fama, la riqueza y la gloria son opciones nada desagradables por las que optar.

Desde el punto de vista literario, el currículo de Juan Nadie es magro, enjuto y diminuto. Pero quizás eso cambie en un futuro próximo. ¡Quién sabe! La magia de la red está ahí, dispuesta a derramar sus bendiciones sobre la cabeza del más inoportuno de los desdichados. ¡Adelante pues!, sin miedo y con templanza. Que la fortuna espera a la vuelta de la esquina.


Lo que no tengo es ni idea de dónde está esa maldita esquina.

Entonces... ¿Juan Nadie publica?

Pues sí, a pesar de todo, publicaciones ha habido. Pocas, esparcidas y fragmentadas en el continuo espacio-tiempo, pero haberlas haylas. Aunque a lo que más me dedico es a la autopublicación. Es decir, a lanzar mis creaciones a la red de redes y que sea lo que los dioses quieran. Más o menos como tirar al mar un mensaje en una botella. Es decir, que soy (no sin cierta nota de orgullo) un autor independiente (indi, en la jerga anglófona mundial) y autopublicado.
Sí, sí. Tienes toda la razón. Que nadie me hace ni puñetero caso, vaya. De hecho, me sorprende que aún sigas leyendo.

Ninguna de estas autopublicaciones ha llegado a convertirse en un best seller. Ninguna me ha producido ningún beneficio pecuniario digno de mención. De hecho, que viesen la luz me costó dinero, aunque no demasiado, todo sea dicho. No son libros que se puedan encontrar en la librería de la esquina, ni en la sección de libros de la gran superficie comercial. Son cosas pequeñas, limitadas, colectivas y amateur. Habrá quien diga que eso no es en realidad publicar. Pero son, tanto en papel como en formato electrónico, libros reales. Con sus páginas impresas, sus encuadernaciones en rústica de colores y sus iesebeenes lleno de números. Además, sin DRM, es decir, que te los puedes copiar y convertir para leerlos como y donde te de la gana.


Aunque sean hijos bastardos y deficientes, hijos míos son. Orgulloso me siento de ellos y gustillo me da contemplarlos.


Pero la cosa no quedó así. ¡No señor! Además de escribir, a Juan Nadie le creció un álter ego, que resultó ser femenino, lúbrico, impúdico y rijoso.



A este álter ego algo casquivano le dio por escribir historias sicalípticas (es decir, eróticas y más o menos pornográficas) y a autopublicarlas bajo el nombre de Rebeca Rader.





¿Quién es Rebeca Rader?

Pues aquí tienes su biografía.

Rebeca Rader es el seudónimo usado por una mujer de ascendencia ilustre y añejo abolengo, educada en el seno de una familia tradicional y algo chapada a la antigua, que a pesar de todo se encuentra felizmente emparejada. Por fortuna para sus lectores, Rebeca decidió un buen día liberar toda su intensa espiritualidad carnal.

«Cuando alcancé los cuarenta y me miré al espejo», nos relata la sin
par Rebeca, «me encontré con una ama de casa algo sobrada de peso, con unas ganas enormes de sexo y una creciente obsesión por las mujeres de pechos grandes. Descubrí que ponerlas por escrito era una magnífica manera de dar rienda suelta a mis fantasías más recónditas. Entré en contacto con gente interesada in diversas formas de expresión sensual y no tardé en percatarme de que no era la única en tener este tipo de anhelos. Me di cuenta de que tenía mucho que compartir y un día por fin me decidí: me lancé a la gran aventura de escribir. Mi vida, tanto personal como marital y profesional, dio un giro de ciento ochenta grados. Ahora estoy convencida de que el erotismo es uno de los mayores placeres de este mundo. El sexo es el gran regalo de la providencia. Y no me cansaré de proclamarlo a los cuatro vientos».

Miembro sobresaliente de FESNI (Fantástica Escritura Sicalíptica y Narrativa Impúdica), la asociación de escritores de relatos libidinosos, Rebeca se ha convertido en uno de los valores más sólidos del panorama literario nacional para adultos. Mantiene su identidad en secreto para evitar el escándalo y el rechazo familiar. Sólo su pareja conoce su escondida faceta de escritora de novelas eróticas.

«Que al acabar de leer cada capítulo de la novela, sientas unas ganas locas de meterte la mano dentro de los pantalones. Ese es mi deseo y mi satisfacción. Aunque mis novelas no son sólo sexo y erotismo. También busco hacer pensar a mis lectores, sacudir sus convicciones y su manera de ver el mundo», nos confiesa Rebeca con un brillo de malicia en los ojos.


Bueno, dirás que por hoy ya es más que suficiente. Estoy por completo de acuerdo contigo.

Así que gracias por pasarte. Espero que hayas pasado un rato entretenido.

Explora lo que te apetezca en las distintas secciones de este blog. Todo está ahí a tu entera disposición.

Y recuerda: lee. Lee todo lo que puedas. A mí o a cualquier otro. Que la lectura es la única vacuna contra la ignorancia y la mediocridad.

Un saludo de despedida y que los dioses no te sean demasiado desfavorables.


2 comentarios:

  1. Hola Juan!

    No puedo explicarte la cantidad de cosas que tenemos en común. Como por ejemplo, que a fuerza de "comer letras", nos haya dado por "vomitarlas". jejeje Esta tarde a las 3:00 (o cerca) compré tu libro "Tras el último destello" -fue fácil, no me costó nada!;) - y hace un momento atrás lo terminé. No sabes cómo lo disfruté! Me encantó totalmente. Me alegro de haberte descubierto gracias a Falsaria. Vamos a ser muy buenos amigos, ya lo verás.
    No quiero caer en los típicos lugares comunes de: "hace mucho tiempo que no tenía contacto con alguien con quien sintiera que podía hablar en el mismo idioma", pero es la verdad. Y antes de que vayas a imaginar que intento seducirte o confesarte un amor a primera lectura, pásate por mi incipiente blog (es nuevo, hice desaparecer el que tenía antes porque me frustró totalmente) y lee mi presentación...si quieres. Si no quieres no importa. Se que es pretencioso de mi parte creer que porque me caiste bien, tengo que caerte bien yo a ti. Pero allí te lo dejo...porsia!
    https://www.creativeye.reviews

    Si no hablamos nunca más y me voy forzada a leerte solamente, quiero darte las gracias por la tarde tan grata que me has hecho pasar y por hacerme reír de buena gana unas dos o tres veces.

    Un abrazo muy grande!

    Mariana Azpurua

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    1. ¡Hola, Mariana!
      Muchísimas gracias por tan laudatorio comentario, y por tomarte la molesta y el tiempo de escribirlo. Me alegra muchísimo que «Tras el último destello» te gustase de esa forma.
      Cuando un lector te dice que se la ido la tarde leyendo tu novela, y que además le ha gustado, es la mejor y mayor recompensa que un escritor puede tener. O al menos así debería ser.
      Me pasé por tu blog, parece un sitio interesante. Y hay que reconocer que tu presentación tiene enjundia. Ya se sabe, lo inusual siempre resulta interesante.
      Nos leemos en la inefable red de redes.
      Un saludo,

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