miércoles, 7 de enero de 2015

FELIZ FIN DE LA NAVIDAD



La locura consumista del compra, compra, compra, las comidas pantagruélicas, las increíblemente molestas lucecitas de navidad, los insoportables villancicos, los Santa Claus en cada centro comercial, el arbolito y el portal, las cenas de empresa, la familia y los parientes, incluyendo a los políticos, el coñazo de los Reyes Magos y la dichosa cabalgata, niños, estrés, dolor de estómago, digestiones pesadas, resaca, estreñimiento (o diarrea, según los casos), aumento de peso, amor y felicidad engullidos a la fuerza en millares de anuncios televisivos…


… y un montón de dinero que desaparece de tu bolsillo…


¡Uf!


Un año más hemos sobrevivido a las malditas Navidades sin demasiado daño físico o psíquico. O quizás sí, quien sabe…, quizás el daño es inevitable y sea ya irreparable. Veremos cómo va la cosa en los meses siguiente a estas nefastas fechas.




En todo caso, feliz Fin de la Navidad (para los que hayan llegado medianamente cuerdos a este bendito día), que el tránsito navideño no nos haya hecho lamentarnos y sufrir en exceso, y que el año que acaba de comenzar no sea demasiado cabrón.


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