¿No comprendes el porqué de
la crisis económica, el paro o los desahucios?
¿No acabas de entender porqué tu salario cada vez vale menos
mientras las cosas cada vez cuestan más y tienen peor calidad?
¿Alguna vez te has preguntado qué es el dinero,
de dónde viene y a dónde va?
¿Estás hasta la entrepierna de sentirte ahogado entre
hipotecas, impuestos y recibos?
¿Estás cansado de seguir siendo un perdedor por mucho que te
esfuerces?
La respuesta a tus preguntas es muy sencilla: estás atrapado en una jaula llamada el sistema monetario.
Apenas puedes percibirla, así que mucho menos podrás romper
sus barrotes y alcanzar la libertad.
Leer la novela Iberian Park, la respuesta zombi a la crisis tampoco te ayudará a
escapar, pero te ayudará a comprender un poco mejor la cárcel en la que vives.
A continuación, podrás disfrutar del segundo de una serie de
fragmentos de la novela, a modo de pequeñas lecciones, que te mostrarán parte
de esa MATRI$$$ en la que estás
atrapado.
Política y Economía zombi
Lección 2
—Pues
lo que te decía —continuó Mónica, quizás con la lengua un tanto enredada—. Que
no es sólo que los políticos sean unos chorizos, que lo son. Sino que la
estructura y fisiología de un gobierno y una organización mafiosa son casi
idénticas. Hay estudios serios que así lo describen.
—¡Ajá!
—asintió Antonio, y apuró también su copa.
—Por
ejemplo. Tenemos a F.G. Bailey, un antropólogo británico especializado en
estudios de política local y social, que fundó la «teoría del juego político».
Para ello se inspiró en los relatos de un tal Joseph Valachi, un mafioso supuestamente
arrepentido que contaba en un programa de telebasura las reglas del juego que
regían el crimen organizado en los Estados Unidos.
El
camarero llegó y rellenó las copas de Valdepeñas. Mónica bebió un sorbito.
—Pues
el tal Bailey este —continuó— se dio cuenta de que la diferencia entre el juego
de la mafia y el juego de la política sólo era una cuestión de matiz. Se
diferenciaban en el tanto por ciento de reglas pragmáticas y reglas normativas
de cada juego.
Antonio
asintió. Bebió más vino.
—Te
preguntarás que son las reglas normativas y las pragmáticas, ¿no?
—No.
Pero imagino que me lo vas a contar —replicó Antonio.
Ella
rio, sus mofletes subieron de rojez y se echó a la boca el último boquerón en
vinagre del plato.
—Las
reglas normativas son las que se declaran públicamente, de manera ostentosa y
rimbombante, como sólo los políticos saben hacer. Normalmente son cuestiones de
ética, aunque en realidad no significan nada. Son pura fachada. Ya sabes, el
PEPE o el PESODE proclamando leyes de transparencia, pactos anticorrupción,
creación de entidades fantasmas como la autoridad fiscal independiente, y demás
zarandajas que ni ellos mismo se creen. En realidad, sólo tratan de ponerle
trabas a la competencia.
—Eso
me suena.
—Claro.
Luego están las reglas pragmáticas, que son las que de verdad cuentan a la hora
de ganar el juego de la política. Son la parte maquiavélica del asunto, lo del
fin justifica los medios, y lo de mejor pego yo la puñalada por la espalda
antes de que me la den a mí. Esas reglas nunca las cuentan en público, como
puedes imaginarte. Aquí no se busca quedar bien ante los votantes, sino cómo
puedo ser más eficaz en darle la dentellada a la oposición.
—El
juego real entre bambalinas, vamos —dijo Antonio.
—Exactamente
—Mónica palmeó la mano de Antonio sobre la mesa llena de platos vacíos —. Para
ser un funcionario de la SECOP no eres tonto del todo.
—Halago
recibido y archivado.
Ella
volvió a reír. Luego volvió a darle otro trago a la copa de vino.
—Pues
según esta teoría, en la política deberían primar las reglas normativas sobre
las pragmáticas. Mientras que en el crimen organizado sería al contrario, ¿no?
—Elemental,
mi querido Watson.
—Pues
el problema es que no. Siempre que alguien alcanza el poder, se produce
irremediablemente una corrupción, tanto de los individuos como del partido. Se
pasa cada vez más a las reglas pragmáticas y las normativas se dejan sólo para
los mítines y las ruedas de prensa. Los valores se basan cada vez más en la
cartera, no en la ética.
—Evidentemente,
mi querido Watson.
—Con
lo cual, tarde o temprano, cualquier formación política acaba transmutándose en
una mafia —dijo Mónica con seriedad algo etílica—. En nuestro país, esa
situación ha llegado a cotas casi sublimes.
—¿Sublimes?
—replicó Antonio.
—Claro.
Sublimes. Hace tiempo que en este país nos encontramos en manos de mafias, que
no son la siciliana ni la rusa, sino la de los partidos políticos. La
corrupción política impregna casi cada rincón de nuestra sociedad. La
autoerigida élite extractiva de este país lleva tanto tiempo ejerciendo sus
corruptelas sin que nada ni nadie les estorbe, que la corrupción ha pasado a
ser el sistema en sí mismo. El cambio de gobierno nunca sirve de nada. Un
partido hace y dice exactamente lo mismo que el anterior.
—Pues
no te digo que no, la verdad.
—Claro
que no. Así nos encontremos como nos encontramos. Por supuesto, con el
beneplácito del poder judicial, que está sometido como un corderito lechal al
poder político-económico. Como es de esperar, los verdaderos delincuentes de
nuestro país gozan de casi total impunidad. Por mucho que trapicheen, nunca les
pasa nada. Y lo más triste de todo, es que seguimos tragando como si ese fuese
el modo natural de las cosas. El PEPE y el PESODE, los dos partidos más
corruptos de España, siguen siendo los más votados. No debería ser así, hay
otras maneras de hacer las cosas. En otros países también hay corrupción, pero
la mierda siempre parece más espesa en el nuestro. Es muy triste, pero así nos
va. Mientras no cambiemos eso, seguiremos siendo un país de tercera. Eso nos
pasa por darle poderes de superhéroes a tipos que en realidad son unos
desgraciados trapicheros, como la mayor parte del resto de españolitos.
Mónica
asintió con gravedad y le dio otro trago al Valdepeñas.
[...]
Fragmentos de la novela IBERIAN PARK, la respuesta zombi a la crisis, en concreto los correspondientes los
capítulos Palco.6 y Palco.7.
Una novela única que te permitirá
contemplar la realidad en que vives (el sistema monetario) desde una
perspectiva diferente.
Y sí, es una novela de zombis. Así que
encontrarás tripas y sesos desparramados a mansalva. Y muchas otras cosas más
que no te imaginas.
Pincha
en la portada de la novela si quieres saber más.
Si
te atreves, aquí puedes disfrutar del booktrailer.
Puedes encontrar la
novela tanto en formato papel
como electrónico
y también en Amazon.