¿No comprendes el porqué de
la crisis económica, el paro o los desahucios?
¿No acabas de entender porqué tu salario cada vez vale menos
mientras las cosas cada vez cuestan más y tienen peor calidad?
¿Alguna vez te has preguntado qué es el dinero,
de dónde viene y a dónde va?
¿Estás hasta la entrepierna de sentirte ahogado entre
hipotecas, impuestos y recibos?
¿Estás cansado de seguir siendo un perdedor por mucho que te
esfuerces?
Apenas puedes percibirla, así que mucho menos podrás romper
sus barrotes y alcanzar la libertad.
Leer la novela Iberian Park, la respuesta zombi a la crisis tampoco te ayudará a
escapar, pero te ayudará a comprender un poco mejor la cárcel en la que vives.
A continuación, podrás disfrutar del tercero de una serie de
fragmentos de la novela, a modo de pequeñas lecciones, que te mostrarán parte
de esa MATRI$$$ en la que estás
atrapado.
Política y Economía zombi
Lección 3
Con
exagerados aspavientos, Antonio hizo como que daba un rabioso aplauso.
—Excelente…
disertación, mi querido Watson.
—Gracia,
gracias —Mónica inclinó la cabeza en un remedo de reverencia—. Pero no es
ninguna tontería. Lamentablemente, la democracia representativa en nuestro país
es el timo de la estampita. Hay un acuerdo entre las élites económicas y
políticas para otorgarle al ciudadano la menor cantidad de cauces posibles de
participación. Nos dejan votar cada cuatro años para tenernos contentos, y como
idiotas votamos a los dos partidos mayoritarios, financiados por esas mismas
élites económicas, para que se alternen en el poder y nada cambie. Los
políticos se han convertido en una casta que trabaja, no para el bien común,
que sería su deber, sino para satisfacer los intereses de aquéllos que les
pagan, y muy bien, por cierto. Los bancos han sido salvados de la quiebra, por
la mala gestión de sus directivos, a costa de recortar servicios públicos al
ciudadano.
—Nuestros
gobernantes son perros bien sujetos por el collar de sus amos.
—Exactamente.
No son más que actores secundarios en esta truculenta tragicomedia que vivimos.
—Entonces,
según tú, los políticos no representan a ningún sector de la sociedad —dijo
Antonio.
—Claro
que no. Los diputados no representan nada ni a nadie. En realidad, el
parlamento no tiene poderes reales. Sus miembros viven subordinados al pago de
la deuda de los especuladores y los mal llamados mercados. Son sólo sicarios de
los grandes propietarios. Es una dictadura con todas las letras, aunque no sea
la de un puñado de militares trasnochados.
—¿Para
qué sirve entonces el congreso?
—A
ti y a mí, para poco. Su única función es mantener la deuda.
—¿La
deuda?
—Claro.
Los políticos, por orden de sus amos, mantienen esa tasa de ganancia imposible
e irreal, que no es más que el fruto de los sueños avariciosos de unos cuantos,
sin correspondencia alguna con la economía productiva real. Esa discordancia
entre lo que unos pocos pretenden ganar y el mundo físico real da lugar a la
deuda, que no es más que la monstruosa diferencia entre los beneficios
previstos y los beneficios reales materializados. El mundo es finito, Antonio.
No se pueden obtener miles de millones de beneficios del mismo kilo de patatas.
El kilo de patatas sigue siendo un kilo, por muchos números en euros que bailen
en los ordenadores de las grandes instituciones financieras.
—¡Ajá!
—Ese
mantenimiento a la fuerza del abismo insalvable de la deuda es lo que nos está
aniquilando a la mayor parte de la población. Es una guerra sin cuartel, aunque
no se haya declarado de forma explícita. Son ellos contra nosotros, Antonio.
Pero esta lucha no es más que una huida hacia adelante, un suicidio colectivo
que conduce al caos, la barbarie y la destrucción. La civilización tal y como
la conocemos está al borde del abismo. No me extrañaría que en cincuenta años
estemos todos viviendo en condiciones materiales y mentales similares a las de
la Edad Media, con una élite dominante súper tecnificada.
—Una
perspectiva espeluznante.
—Y
peor que se va a poner. Vamos hacia 1984 a pasos agigantados. El modelo
político actual ha sabido combinar lo peor del socialismo y del neoliberalismo.
Tenemos por un lado un Estado elefantiásico que nos oprime y nos trata de
controlar por todas partes. Todo ello combinado con privatizaciones,
precariedad laboral y sanitaria, desempleo en masa y salarios que ya no
aseguran ingresos decentes. Hablar de derechas e izquierdas ya no tiene
sentido, aunque muchos se empeñen en insistir en la discusión. Lo que tenemos es
un híbrido monstruoso que acabará con el planeta entero.
Antonio
contempló a su interlocutora durante unos segundos con cierta expresión
inefable en el rostro. A veces se sentía apabullado por la vehemencia
dialéctica de Mónica.
—¿Te
apetece picar algo más? —dijo al fin.
—¿Una
de croquetas? —preguntó Mónica con una sonrisa.
—Vale.
Esta
vez fue Antonio quien llamó al camarero.
—Muy
interesante eso de la mafia del gobierno —dijo Antonio—. La verdad es que
tienes razón. En las pelis se ve que, si el tendero de la esquina no le paga al
mafioso de turno, manda a sus matones que le rompen las piernas y le queman la
tienda al pobre tipo. En el mundo real, si no le pagas tus impuestos, el
gobierno te manda a la autoridad para que te metan en chirona.
Mónica
sonrió con alegría.
—Efectivamente.
Muy buen ejemplo práctico, mi querido Antonio.
—Gracias,
gracias. Ha sido todo un placer.
Ambos
rieron a dúo.
[...]
Fragmentos de la novela IBERIAN PARK, la respuesta zombi a la crisis, en concreto los correspondientes los
capítulos Palco.6 y Palco.7.
Una novela única que te permitirá
contemplar la realidad en que vives (el sistema monetario) desde una
perspectiva diferente.
Y sí, es una novela de zombis. Así que
encontrarás tripas y sesos desparramados a mansalva. Y muchas otras cosas más
que no te imaginas.
Pincha
en la portada de la novela si quieres saber más.
Si
te atreves, aquí puedes disfrutar del booktrailer.
Puedes encontrar la
novela tanto en formato papel
como electrónico
y también en Amazon.
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