¿Qué es un microrrelato?
Como su propio nombre indica,
un microrrelato es una construcción
narrativa de pequeña extensión. Es decir, breve, muy breve. Un relato diminuto.
Uno o dos párrafos, una página como mucho. Se ha demostrado que existen microrrelatos de una sola frase. Incluso se cuenta que una vez
se escribió un microrrelato compuesto de una única palabra.
Pero el microrrelato, también
llamado microcuento, minificción, microficción, cuento brevísimo, minicuento, cuento minúculo, cuento en minatura o incluso
cuentículo, no es sólo una historia breve. Es un subgénero literario en sí
mismo. Tiene características propias que lo diferencias de sus hermanos mayores, la novela, el cuento y el relato
corto.
Ha de ser breve, por supuesto,
y en esta brevedad el título se convierte en una parte esencial. Su temática
puede ser infinita, abarca todo el cosmos, pero la ironía, la parodia y el
humor negro suelen ser los recursos más utilizados en este género.
La elipsis (lo que se omite, lo que no se cuenta) es uno de sus grandes
pilares. El microrrelato explica más por lo que no dice que por lo que dice.
No suele seguir es esquema
normal del relato: planteamiento, nudo y desenlace. No hay espacio para ello.
Es una secuencia narrativa incompleta, un momento cuasi-orgásmico, como una
película con un solo plano. Cada palabra es usada con la precisión del bisturí
de un cirujano. No hay muchos personajes, normalmente uno sólo, ni demasiada
descripción. La conclusión ha de ser rápida, una explosión abrupta que estimula
al lector, el cual debe completar en su mente lo que falta en la historia (si
ha sido espoleado de la manera adecuada).
Ríos de tinta, física y electrónica,
se han derramado elucubrando y teorizando sobre el microrrelato. El mundo
virtual ha supuesto un campo fértil y bien abonado que ha permitido que la
fiebre del microrrelato se extienda y florezca en toda su plenitud. Incluso hay decálogos sobre cómo escribir microrrelatos, tratados eruditos que los analizan, talleres
de aprendizaje que los enseñan y multitud de concursos y certámenes sobre estas
diminutas y punzantes piezas de la literatura universal.
De forma paradójica, aunque no
sorprendente, todos esos artículos, estudios, disertaciones, entradas de blog y
opiniones que se han vertido en la red de redes sobre el microrrelato tienen
una longitud mucho mayor que la mayoría de microrrelatos escritos.
No me voy a poner aquí a
divagar sobre lo que es o debería ser el microrrelato, sobre sus virtudes o defectos, o su influencia sociopolítica en la transustanciación de la prima de riesgo. Otros muchos mejores que yo ya lo han hecho antes.
Si quieres saber más sobre el microrrelato, búscate la vida.
Lo que sí te puedo ofrecer
aquí es un microrrelato casi inédito, nacido de las apolilladas estanterías de la
mente de Juan Nadie y que, por supuesto, tiene una longitud bastante menor a la
de esta deshilvanada introducción.
Puedes leerlo aquí debajo en su totalidad, o en la página web Wattpad.
Pero una advertencia te hago. Lo que ocurra a partir de ahí es cosa tuya; yo no me hago responsable.
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LECTURA TERMINAL
Él era un lector curtido, pero
aquel libro fue lo mejor que había leído nunca. La historia era fascinante y
absorbente. La narrativa magnífica, la prosa una delicia. No podía despegarse
de sus páginas. Lo atrapó desde el primer capítulo y ya no pudo dejar de leer.
Se quedaba leyéndolo hasta altas horas de la madrugada, cuando el cansancio y
el sueño convertían sus párpados en losas de plomo. Hacía días que no veía a su
novia, que no salía con sus amigos, que no llamaba a sus padres. Tenía el buzón
de voz atiborrado de mensajes sin contestar.
Llegó a casa directamente del
trabajo. Era viernes, tendría un fin de semana entero para sumergirse en el
magnífico libro. Anhelante, se sentó en su sillón favorito y comenzó la lectura.
Con horror se dio cuenta de que había llegado a la penúltima página. Una más y
llegaría a la conclusión de la historia, la narración alcanzaría su clímax… Y
acabaría el libro.
Plantó su viejo y gastado
marcador en la penúltima página, cerró el libro y lo colocó en una de las
estanterías de su biblioteca.
Nunca volvió a leer. A partir
de entonces llevó una vida normal.
FIN
P.D.: Este microrrelato fue originalmente publicado en 2009 en la antología de relatos «Dejad que os cuente algo» (ISBN: 978-84-613-0887-3), una colección de 65 relatos cortos, escritos por veinte autores diferentes, que se autoeditó a través del portal El Recreo. Como todos los buenos sueños, efímero y precioso fue. Hoy día, el libro está prácticamente descatalogado y el portal casi desvanecido en la inopia electrónica.
Entré y voté el microcuento en Wattpad también, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarDejo un microcuento dedicado a todos los que intentamos hacernos nuestro huequecito entre las letras:
http://sonysato.com/el-sueno-del-escritor/
Gracias por el voto y el comentario. Me alegra que te haya gustado.
EliminarPues nada, a seguir escribiendo.
sun saludo
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