lunes, 10 de octubre de 2016

Lector de almas

En febrero de 2029 la Tyrell-Tagaca Corporation lanzó al mercado un modelo móvil del lector tomográfico computarizado de variaciones cuánticas neuronales (VCN), más popularmente conocido como el lector de almas. 
 
Del tamaño de un teléfono celular, el lector de almas móvil estaba acoplado mediante señales infrarrojas a una banda elástica que se colocaba alrededor de la frente del sujeto a analizar. Su precio era módico y al alcance de casi cualquier tipo de bolsillo. Fue el primer producto de la historia comercial de la Tierra cuyo número de ejemplares vendidos estuvo a punto de igualar a la población mundial. 

Ahora estaba al alcance de cualquiera el saber quién de sus vecinos, de sus amistades o incluso de los miembros de su propia familia era el portador de esas diminutas variaciones en la actividad neuronal. 
Como antes lo había sido el reloj de muñeca o el teléfono móvil, todo el mundo caminaba con un lector de almas portátil en el bolsillo. Cualquiera podía exigir a otro el ser sometido a la prueba, en cualquier momento y lugar. En vez de un «buenos días, ¿qué tal?», el saludo se convirtió en un intercambio de bandas magnéticas ajustadas a la frente y lecturas nerviosas en la pantalla del lector. Sólo cuando el resultado negativo era confirmado, las sonrisas aparecían en los semblantes. No se contrataba a un nuevo empleado, no se entraba en un local público, no se entablaba amistad con nadie y no se hacía el amor con nadie hasta que la lectura hubiese sido confirmada.

Negarse a ser sometido a la prueba equivalía a una sentencia de muerte. Porque aquellos que dieron positivo en el test, los llamados portadores de almas, fueron masacrados. Una humanidad paupérrima y hambrienta, que de forma voluntaria había renunciado al placebo del consuelo religioso, volcó su furia y su frustración sobre los que consideraba culpables de su ruina y la causa de todas sus desdichas.

_______________________________________________

Extracto de Ragnarök, la novena transición, la nueva novela de Juan Nadie.


No hay comentarios:

Publicar un comentario